Los Jardines de Vil·la Cecília, ubicados junto a los Jardines de Vil·la Amèlia con los que originalmente formaban un único jardín, son un magnífico espacio verde con numerosos árboles centenarios, y uno de los principales centros de actividad del distrito.
Las altas y frondosas vallas de ciprés dan la bienvenida a los jardines. Una vez dentro, a la izquierda de la «muralla» verde, se encuentra la escultura en bronce de Francisco López Hernández, «Ofèlia ofegada», que representa a Ofelia ahogada en un canal de agua.
A la derecha, un camino con tramos de escaleras nos lleva al interior del parque. Enfrente, otro camino conduce a la plaza circular que es el corazón del parque, con el edificio del Centro Cívico Casal de Sarrià al fondo. A ambos lados de la plaza se levantan imponentes árboles y antiguas palmeras de Canarias.
Centro Cívico Casal de Sarrià
Estos jardines tienen una historia interesante. Se encuentran en los terrenos de una antigua finca rural llamada Cal Noyu, que fue adquirida en 1909 por Eduardo Conde, fundador de los almacenes El Siglo. Eduardo Conde bautizó la villa con el nombre de Cecília en honor a su esposa. En 1969, los terrenos fueron expropiados por el Ayuntamiento para convertirlos en un parque. Una parte del espacio verde actual perteneció a los antiguos Jardines de Vil·la Amèlia, situados justo al lado, que también son de uso público en la actualidad. El edificio que fue la residencia de Eduardo Conde es ahora la sede del Centro Cívico Casal de Sarrià.
El jardín de Vil·la Cecília es un espacio ideal para que los niños se diviertan y jueguen al aire libre en un entorno seguro y protegido. Además de las amplias zonas de juegos y las zonas infantiles, este jardín cuenta con una exuberante vegetación y hermosas flores que crean un ambiente tranquilo y relajante para toda la familia. Dispone de zona de juegos y actividades para disfrutar de la naturaleza y pasar tiempo de calidad con los niños en un ambiente lúdico y seguro.
Zonas de juegos y las zonas infantiles
Los Jardines de Vil·la Cecília presentan una gran biodiversidad, con árboles como pinos blancos y piñoneros, cipreses, palmeras, tilos, cedros, pimenteros falsos, olmos de Siberia, etc.